Las ciudades medianas y pequeñas contienen una gran proporción de la humanidad urbana y son un motor importante para el crecimiento de la urbanidad. En este sentido, dentro de este patrón de crecimiento, se observa el surgimiento de ciudades “intermedias”, periféricas a las grandes ciudades, o que poco a poco lideran la región en la cual se encuentran. La CEPAL y la CAF sitúan la ciudad intermedia entre 100.000 y 1 millón, mientras se puede también evidenciar un fuerte dinamismo de las ciudades de alrededor de 50.000 habitantes. La ciudad intermedia representa alrededor del 32% de la población urbana de América Latina (36% en el Mundo).

 

Frente al gigantismo de las grandes ciudades, orientadas más hacia lo global, la ciudad intermedia puede constituir el crisol de la nueva tendencia del desarrollo local y regional, y de la sostenibilidad de los territorios. Esta perspectiva implica superar las visiones universalizantes en favor de la diversificación de experiencias y de horizontes futuros urbanos. Las ventajas de las ciudades intermedias son reconocidas por la investigación tanto social, como económica o cultural.

 

La investigación sobre estas ciudades intermedias no está muy desarrollada ni difundida, sino en los organismos internacionales. Sin embargo, tenemos que construir un espacio que permita reconsiderar muchos aspectos de la investigación, tanto en la antropología urbana, la sociología, la geografía, así como en la psicología o las ciencias del desarrollo sostenible, de la interdisciplinariedad y de sus aportes en términos de políticas urbanas. También en la investigación se tiene que considerar varias escalas y niveles de enfoque de lo urbano: como red nacional, internacional o como funcionamiento urbanístico, social o territorial, con perspectivas integradas.